El Simpecado es una especie de emblema bordado, con finos hilos y gemas, en una bandera que es utilizada por las cofradías de la Virgen en las procesiones y que lleva inscrito el lema «sine labe concepta», que significa «Sin pecado concebida», o en su defecto le bordan, le pintan a mano o le colocan una figura a relieve de la Inmaculada Concepción. Es la representación de La Virgen por excelencia.
Simpecado proviene de la era medieval, de los estandartes que utilizaban en las procesiones religiosas en honor a la Inmaculada Concepción de la Virgen y en los que también se encontraba la inscripción «Sine Labe Concepta»: Sin Pecado Concebida.
En lo que concierne a las hermandades del Rocío, el Simpecado, que permanece en la Casa de la Hermandad, mientras llega la fecha de las procesiones, es transportado por la hermandad sobre una carreta plateada, especialmente diseñada para ello, que además es tirada por bueyes por todo el camino hacia la aldea, para ser presentado a la Virgen del Rocío en la fiesta de Pentecostés. (ver Bandera Olímpica)
Simpecado de Huelva 
Hay una leyenda que de 1747, que afirma que se encontraban unos barcos realizando labores de pesca, cuando divisaron a lo lejos el resplandor que producían los fuegos artificiales, que se utilizaban durante la misa, que se celebraba en honor a la Virgen del Rocío de la villa de Almonte”, desde entonces, comenzaron las peregrinaciones cada año.
Al principio, eran grupos familiares los que viajaban para asistir a la celebración; tales grupos fueron creciendo de año en año, hasta que a mediados del siglo XIX se inicia lo que en el futuro se llamaría la Hermandad que se hacía presente en el Santuario de Almonte con verdadera devoción y recogimiento mariano, gozo y sobretodo, un gran amor hacia el Espíritu Santo y la Virgen María.
El 31 de mayo de 1880, fue admitida oficialmente la Cofradía de Nuestra Señora la Virgen del Rocío, con lo cual le aportaba la autorización para reunirse en el Santuario y rendirle culto, expresado en las peregrinaciones, que a pesar de tener una duración de dos días de camino, gozaban con una cantidad muy numerosa de devotos fieles.
Tal reconocimiento los hacía, incluso, partícipes de todas las celebraciones religiosas que se daban lugar en los pueblos vecinos, con otras hermandades
Es por esta razón que la primera peregrinación oficial fue en 1881 en la muy conocida Romería del Rocío, para lo que se acordó, acuñar una medalla de la Hermandad, como recuerdo de la creación de la hermandad, convirtiéndose Huelva en la primera que tuvo medalla propia.
En Huelva, la calle de En medio y la calle Berdigón alcanza su mayor apogeo en las celebraciones y ya para 1886 era la Placeta el lugar que resultó más apropiado para tal celebración.
En aquellos tiempos, se realizaban grandes reuniones entre los organizadores, para la ornamentación de las carretas; era tanta la gente que se daba cita para tal evento, que parecía una verbena, donde se ponía de manifiesto, la fe de las personas y sus talentos artísticos, que por medio de cintas, flores y papel ornamental, rendían honores a la Virgen María.
El Simpecado de la Hermandad, que en sus inicios era bordado de oro sobre raso blanco con una imagen de la Virgen en el centro, era transportado a caballo, hasta que con la colaboración de los vecinos, construyeron una carreta de madera, que les servía como trono al Simpecado.
No todo fue color de rosa, hubo tiempos difíciles para la Hermandad, tanto que hubo un accidente en uno de los viajes y la carreta se rompe y el estandarte se rompe.
Sin embargo, en 1911 la Hermandad cuenta con una magnífica carroza, que al año siguiente estuvo situada en la Plaza de las Monjas.
En 1917 donan un altar de cerámica artística para la Virgen en la Iglesia Mayor de San Pedro, altar que aún existe.
Dos años más tarde, la Hermandad formó parte de la coronación canónica de la Virgen del Rocío, concedida por el Papa Benedicto XV. Este hecho ocurrió el domingo de Pentecostés 8 de junio y para la procesión del día siguiente, se colocó la imagen de la Reina de las Marismas luciendo su flamante presea. El Rocío recuerda este evento, con una estatua erigida en su conmemoración.
El Rey D. Alfonso XIII acepta el título de Hermano Mayor Honorario de la Hermandad, para el año 1928, lo que conlleva a la Hermandad a ser Real e Ilustre Hermandad de Nuestra Señora del Rocío de Huelva. Este título fue refrendado más tarde, por la Casa Real española en 1995.
El Simpecado de Huelva ha trascendido en el tiempo, las peregrinaciones se hacen cada vez más grandes y más importantes para la Hermandad. (Ver Bandera Budista)
Simpecado de Almonte
La Romería es la fiesta principal en honor a la Virgen del Rocío, la cual incrementa la asistencia de los fieles de año en año.
La Romería del Rocío es una fiesta religiosa, que se realiza con las alegres tradiciones de Andalucía, dedicada a la Virgen del Rocío, precisamente el día de Pentecostés, momento en el cual, el pueblo de Almonte se reúne con la Virgen María para celebrar la venida del Espíritu Santo.
Nuestra Señora de las Rocinas es nombrada patrona de la villa de Almonte en 1653, por lo que decide conmemorar tal evento con unas Fiestas especiales, las cuales constan de una con Misa Solemne en honor a la Virgen María y el Espíritu Santo.
La celebración se da inicio el viernes anterior a Pentecostés y continua durante el sábado.
En la noche del sábado, se reza el Santo Rosario en las calles del pueblo de Almonte, con el Simpecado de la Hermandad Matriz, a la luz de las velas y bengalas. Para la mañana del Domingo de Pentecostés, tiene lugar la Misa Pontifical, presidida por el Obispo de Huelva, y concelebrada por los Capellanes de las Hermandades, (entiéndase por Capellanes, los sacerdotes que se ocupan de los oficios religiosos de las Hermandades) ante el retablo que forman los Simpecados de las mismas. Por la noche se reza el Santo Rosario, en el cual, todas la Hermandades forman parte.
La Romería finaliza en la madrugada del lunes, con la procesión de la Stsma. Virgen del Rocío, que antes de regresar al Rocío, hace una visita a todos los simpecados de todas sus Hermandades y en los que se reza la Salve. Así se da la clausura de la Romería y todos los asistentes del Rocío regresan a sus casas susurrando una última oración:
“La Virgen del Rocío se queda sola, en aquella marisma siendo Pastora. Salud y suerte para el año que viene volver a verte” (ver Banderas a cuadros)
